¿Pero que debemos conseguir? formarlos como ciudadanos responsables, solidarios, participativos, siempre ligados a unos principios democráticos que son los ejes vertebradores de nuestra sociedad. Pero como ciudadanos, no debemos ser sujetos pasivos, que asimilemos todo lo que se nos dice o debemos hacer según sea establecido por las leyes o por la acción gubernativa diaria.
Debemos ser activos, inquietos, que no se resigna ante las adversidades, exigentes consigo mismo y con sus gobernantes y con capacidad de crítica que puede ejercer de diversas formas: mediante su participación en el mundo asociativo, partidos políticos, sindicatos, etc; a través de las redes sociales, el pago de los impuestos, la no defraudación y la participación meditada en los procesos electorales. De esta manera no sólo se convertirá en un ciudadano activo, sino tendrá el derecho y el deber de exigir a sus gobernantes la misma reciprocidad (transparencia, eficacia y bien común) como sujeto en el que reside la soberanía y tiene el derecho a pedir cuentas.
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